Lyda Maria
Franky Z.
Actualmente rectora del colegio Bilingue MONTESSORI
Más que mi profesión - vocación, educar es mi
pasión. Soy un ser humano en estado de cambio permanente, en
búsqueda de la evolución de nuestra especie. Soy madre orgullosa de
muchos hijos, muchos docentes, muchos estudiantes. Soy laq manifestación
de Dios y vivo para complacerlo especialmente con mis obras y mi obediencia.
Amo Montessori con mis entrañas y lo llevo cada día
marcado debajo de mi piel. El creador me dio la responssabilidad de
daministrar este proyecto educativo en la ciudad de Cali. Trabajo por la
educación desde mis 18 años, es decir hace 34 años. Soy inmensamente
feliz con mi trabajo y a la vez consigo el sustento con mis labores.
Hemos logrado construir un comunidad y un equipo
autodidacta con el Consejo Académico de nuestro colegio. Hemos crecido
juntos y juntas, no solo como profesioneales pero sobretodo como seres
espirituales.
La inclusión nos ha regalado la sensibilidad hacia
los seres diferentes viendo en ellos todas sus virtudes y capacidades. La
disposición tranquila y observadora nos ha llevado a aprender del
educando. Nos preparamos cada día para administrar nuestros bioespacios
(aulas experimentales) y de ser educadores eficientes preparándonos a celebrar
la vida.
Lyda María Franky
Rectora Colegio Bilingue Montessori
¿Cuál
es la principal tarea del guía Montessori?
Observar como obran los niños al
pasar de los movimientos desordenados, a los movimientos espontáneos ordenados
y de como para alcanzar este resultado,
hacen una especie de selección de las propias tendencias, que en un principio
se presentan confusas en el desorden de sus movimientos
Sobre la Independencia: no se puede
ser libre sin ser independiente, por ello las manifestaciones activas de la
propia libertad deben ser conducidas, desde la independencia. Desde el momento
en el que el niño abandone el seno materno, se halla en el camino de la
independencia.
La disciplina en nuestro sistema se
funda sobre la libertad, decimos que la disciplina debe necesariamente ser
activa, por esto fundamento que, “no es un niño disciplinado aquel que se le ha
convertido en un ser silencioso como un modo o inmóvil”, en los espacios
experimentales Montessori, llamamos disciplinado a un ser que es dueño de sí,
dispuesto a disponer de si mismo cuando sea preciso. Como persona y como Guía
de la institución, tengo presente que el niño no se prepara para la escuela,
pero si para la vida, convirtiéndose en un individuo correcto por costumbre en
todas sus manifestaciones sociales.
Finalmente dejo en alto que la
libertad del niño debe tener como límite: el interés colectivo, como forma, lo
que llamamos: la educación de la buena manera y de los actos, debemos pues,
impedir al niño o niña todo aquello que pueda ofender o perjudicar a los otros, y todo lo que signifique un acto
indecoroso y grosero.
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